La Megarexia es un trastorno de conducta alimentaria, de nuevo descubrimiento, estudiado por el Dr. Jaime Brugos, no recogido aún en la literatura científica y que vendría a ser lo opuesto a la anorexia nerviosa. Implica una distorciòn de la imagen corporal, al igual que en la anorexia y la dismorfofobia.
Se estima que por cada anoréxico hay diez megaréxicos. Según los
cálculos del Dr. Brugos pueden haber cinco millones de megaréxicos sin
diagnosticar en España.
Características
Las personas que sufren de megarexia tienden a padecer de obsesidad y
no se someten a ningún tipo de régimen alimenticio. Debida a la
distorsión de su esquema corporal, característica de los trastornos
alimentarios, cuando se miran al espejo no perciben la obesidad, al
contrario se ven así mismos como personas sanas y delgadas, y no son
capaces de valorar el alcance de su problema. Llevaran hábitos de vida
insaludables. Estas personas consumirán grandes cantidades de comida basura
que contienen muchas "calorías vacías", lo que conlleva a medio plazo
al padecimiento de síntomas de desnutrición debido a la carencia de
nutrientes esenciales, tales como vitaminas, minerales y aminoácidos, y
provocar diversas condiciones patológicas secundarias como la anemia.
Este déficit de nutrientes altera la bioquímica del cerebro, al igual
que ocurre en la anorexia, por lo que la megarexia puede convertirse en
una grave enfermedad.
Además estas personas consideran que el exceso de peso es sinónimo de
salud y vitalidad por lo que no restringirán ningún tipo de alimento, y
consumirán grandes cantidades de comida chatarra
refinada en forma de alimentos hipercalóricos, ricos en azúcares
simples, grasas saturadas, féculas, almidones y aditivos alimentarios;
tales como dulces, bollería industrial, frituras, postres, frutos secos,
comida rápida (hamburguesas, pizza, patatas fritas, comida precocinada,
etc.), serán algunos de los platos principales en la dieta de los
megaréxicos.
Por lo general los megaréxicos son inconscientes de su enfermedad.
Evitan fotografiarse a sí mismos e ir de compras a tiendas de ropas para
seguir negando la realidad. Esta dinámica de autonegación puede
resultar en conductas hostiles hacia ellos mismos y los demás.
Tratamiento
Ante la sospecha de padecer megarexia lo primero es acudir a un
médico especialista o profesional sanitario. Puede requerir derivación a
un profesional de la psiquiatría o la psicología. En principio no sería
necesario terapia farmacológica, pues una vez se reconoce y acepta la
enfermedad, se reeduca a la persona para la adquisición de nuevos
hábitos saludables.
